10 de abril de 2011

Principio y Fin del Estado de Bienestar II

Principio y fin del Estado de Bienestar II

Los negros años 30 que sucedieron al Crack del 29 se vivieron de distinto modo a éste y al otro lado del Atlántico. Mientras que en Estados Unidos se atravesó la Gran Depresión (de la que se salió desarrollando la industria armamentística) en Europa surgió el predominio de líderes nacionalistas y fascistas, quienes desarrollaron su potencial bélico (en esto sí coinciden con los yanquis) a fuerza de mano de obra esclava hasta su pura extenuación. Como no podía ser de otro modo, estalló la segunda aberración de la “civilización” occidental; La Segunda Guerra Mundial. De ella Estados Unidos sacó partido, puesto que entró más tarde en el conflicto y durante esos años se afianzó como primera potencia económica mundial, ello propició que se mantuviera una sociología del trabajo fordista en los que la mujer sigue ligada a los roles reproductivos y ,cada vez en aumento, el trabajo remunerado fuera del hogar.
Es después de la Segunda Gran Guerra cuando se puede hablar de Estado de Bienestar en sentido estricto, con todo lo que ello conlleva; es decir, en lo económico métodos keynesianos con intervención del Estado en la regulación de la economía y criterios proteccionistas que impulsaron el desarrollo de sistemas de salud y educación universales…He aquí un choque cultural importante; por un lado la mujer cada vez está mejor preparada y cualificada resultado de la mayor formación que recibe, pero simultáneamente aún está relegada a profesiones consideradas para mujeres. Y por otro se manifiesta el conflicto que ocasiona el acceso al mercado laboral; esto es, el conflicto del roll domestico de la mujer trabajadora, quien además de participar en el trabajo remunerado debe afrontar todas las obligaciones domésticas lo que redunda en una duplicidad de jornadas. Otro vector en auge en esta etapa es el de los movimientos feministas en constante lucha por conquistar derechos de ciudadanía, políticos y laborales para las mujeres. En el apartado reproductivo cabe reseñar la invención de la píldora en 1958, que propicia que la mujer pueda decidir si y cuando quiere ser madre, con efectos directos en el acceso al mercado laboral. Este lento ( o no tan lento) fluir de acontecimientos será el germen de los movimientos que al final de los años 60 y principios de los 70 convulsionaron la cultura occidental y en la cuestión que nos ocupa supusiera la ruptura definitiva con la sociología del trabajo clásica que considera al hombre productor y a la mujer reproductora.
Lamentablemente el fin del Estado de Bienestar esta próximo, y será una mujer quien le ponga fin; me refiero a Margaret Thatcher, pero ese asunto se tratará en una próxima entrada.

José Manuel Mangas Pardo

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